Que cada día somos más "blanditos" es una obviedad. Nos hemos acostumbrado a hacer de la realidad una cosa suavita y dulce. Pero por mucho que intentemos engañarnos, la realidad se impone. No podemos vivir en este engaño; el peor favor que hacemos a nuestros hijos es intentar mostrarles un mundo facilón y excesivamente amable. Los hacemos débiles y víctimas fáciles ante la frustración, el fracaso, los conflictos que, inevitablemente, ocurrirán en la vida.Yo no tengo muy claras sus causas, pero me atrevo a decir alguna y añadir alguna forma de librarnos de este síndrome o hacerlo menos molesto.
1. El lenguaje, aunque sea para mofarnos de la realidad, cumple su función. Si nos quejamos constantemente de la vuelta al trabajo después de las vacaciones, al final, nos resentimos en el trabajo. El lenguaje hace realidad.
3. El conflicto, sea de la naturaleza que sea, es inevitable. Lo importante no es evitarlo sino gestionarlo.
4. Los problemas no están fuera de nosotros. Es un error pensar que podemos escapar a ellos. Allá donde vayamos, nuestros conflictos irán con nosotros. La solución no es huir, la solución es enfrentarlos, solucionarlos o "colocarlos" de manera, que no molesten más o lo hagan lo menos posible.
5. El trabajo no es solo una "maldición bíblica", es el medio que nos permite realizar otras cosas. No es un fin es sí mismo, es un medio que nos permite desarrollar nuestra vida con un determinado nivel. Si no somos capaces de realizar el trabajo que nos gustaría, es imprescindible que nos guste el trabajo que realizamos. De otra manera se convertirá en una "sentencia" y sufriremos más este síndrome.
6. Es necesario tener paciencia, sobre todo con los niños que todavía no se conocen bien y no dominan los tiempos. No podemos cambiar nuestros hábitos de un día para otro. Es mentira que seamos capaces de adaptarnos "inmediatamente" a los cambios. Cada persona es un mundo y es fundamental conocerse bien. En mi caso la adaptación es muy rápida, pero conozco gente que necesita días previos para poder organizarse, "hacerse a la idea", estar en su habitat conocido para poder preparase e incorporarse mucho mejor al trabajo. Unos podrán llegar el día de antes y otros necesitarán varios días para prepararse.
8. Ser humilde en la vida es una buena actitud. Si no se pasa, reconocer que tenemos un problema y pedir ayuda profesional para que no se convierta en una depresión más seria y preocupante.
¿Qué te ayuda a superar el síndrome postvacacional?
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